Tú peor enemigo eres tu mismo
Cómo detectar tus Saboteadores personales y liberar tu mente
Sé sincera contigo misma por un momento y pregúntate, ¿Cuántas veces me he saboteado a mí misma? ¿He sido consciente de que lo hacia?¿Puede que sea mi mayor enemigo? ¿Cómo puedo liberar mi mente de todos estos muros y valorar cada una de mis experiencias o ideas?
Imagino que si estas leyendo este post es porque estas buscando explicación a preguntas que te haces de manera repetitiva, o porque has notado conductas en ti que no te dejan avanzar o porque tienes dudas a las que no eres capaz de dar solución.
Y para poder ayudarte a comprenderlo mejor te voy a hablar de los Saboteadores. En particular, te quiero hablar de 8 de ellos que son los mas comunes. Quizás detectes en ti alguno de ellos así que apúntalos para que seas más consciente y libre para trabajar con ellos de manera independiente.
Los primero que tienes que saber es que los Saboteadores se consideran distorsiones cognitivas, errores en el procesamiento del pensamiento que pueden hacer que choques contra la misma pared, que tu mente ha colocado ahí, una y otra vez. Estas distorsiones se originan por vivencias que han dejado huella en tu procesamiento mental dando lugar a esquemas de pensamiento rígidos o poco estructurados.
Los 8 saboteadores mas comunes
Victimismo. Echar balones fuera
Este saboteador se define como la tendencia que tenemos a culpar a otros, al mundo o a tus experiencias vividas de los males que estamos pasando resguardándonos en la compasión ajena o la de uno mismo.
Este pensamiento nos atrapa en la queja constante o en la búsqueda de justicia rechazando así toda autocrítica. Nos situamos en una posición poco flexible en la que el mundo es el responsable de todo lo que nos esta pasando por lo que no nos hacemos responsable. Generalmente el comportamiento es negativo y nos lleva a ser susceptible a la mas mínima critica.
La responsabilidad es una carga de la que nos queremos deshacer y, nuestra mente que es muy lista, crea formas de escape echando balones fuera para no tener que llevar la carga de actos o decisiones.
Dispersión. Pérdida de Foco
Se define como el proceso opuesto a la concentración o atención selectiva. Esto nos ocurre cuando manejamos varios hilos de pensamiento a la vez de manera que se almacena en nuestro cerebro información de muchas fuentes. El proceso genera un desbordamiento de nuestros recursos de atención y reduce capacidades tan importantes como la memoria del trabajo.
Cuestiones como la sobreinformacion o la importancia que damos a las cuestiones de los demás, nos hace perder el Foco y nos dispersa de lo importante.
Este saboteador esta generado por falta de disciplina de nuestra mente y de nuestros actos. Lo que hoy nos parece bien, mañana nos puede parecer errado, y de esta manera nos dejamos llevar por esos cambios como un barco que va a la deriva entre mil pensamientos distintos u opiniones.
Falta de confianza. Síndrome de la IMPOSTORA
El síndrome de La Impostora es un sentimiento paralizante o una falta de confianza por la cual vivimos con miedo constante a ser expuestos. En ocasiones puede llegar a generar una falsa humildad.
Pensamientos como “No soy digna”, “No me merezco esto”, “No creo que sea capaz” son creados por nuestra mente como una narrativa constante derivado de la falta de confianza en uno misma. Y este sentimiento se vuelve constate y severo consiguiendo hundir o desechar cualquier idea, negocio o emprendimiento que te propongas.
Limita nuestras capacidades construyendo obstáculos psicológicos que nos impiden cosechar éxitos.
Este Saboteador se puede encontrar con regularidad en mujeres que se desarrollan en espacios tradicionalmente masculinos o en personas que hayan sido criadas con un método de enseñanza poco flexible y/o abusivo.
La falta de confianza en uno mismo y en los demás priva al mundo de personas que tienen mucho que decir o qué hacer limitándolos a ser uno más y vivir atrapado.
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamientos dirigidos hacia uno mismo, hacia nuestra manera de ser, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter
Control. Miedo a la incertidumbre
La Incertidumbre es un proceso mental que nos lleva a estar en constante proceso de creación de posibilidades mentales a una situación por lo que generamos una necesidad de control sobre todo. La necesidad de pisar suelo firme, de decir lo adecuado en cada momento, de entrar dentro de las normas establecidas son varias de las formas que tenemos de sentir que tenemos las cosas controladas.
La incertidumbre ocupa nuestra mente con miedos y de falta de decisión, imaginando todos los escenarios posibles negativos y descartando ideas. En definitiva es una manera errónea de pensamiento de autodefensa.
Normalmente este saboteador nos genera cansancio mental por querer tener todo controlado incluso antes de que suceda.
Falsa Comodidad. Lo malo conocido que bueno por conocer
La falsa comodidad es un proceso mental en el que nos colocamos cuando aparentemente todo esta bien, crees que tienes todo bajo control y te sientes fuerte, autoconvenciendote cada día de que esto es lo correcto y que así estas bien.
El pensamiento constante de “esto es lo mejor que puedo conseguir y así estoy bien” es un fiel acompañante de este saboteador.
Es más, hemos creado directamente refranes que dan poder a esta idea diciéndonos a nosotros mimos y a los demás “mas vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” u “otro vendrán qué bueno me harán”.
Nos colocamos en el borde de nuestra Zona de Confort preguntándonos si merece la pena luchar mas o cambiar nuestro presente en el que no estamos felices, y allí nos quedamos como si miráramos al infinito soñando pero no ejecutando.
Cuando convivimos con la falsa comodidad no invertimos tiempo en investigar o en indagar qué sucede dentro de mí.
Perfeccionismo. Y su fiel compañero Miedo al Fracaso
Como saboteador se puede definir como la obsesión por mantener siempre estándares mas altos en todo lo que hacemos, aunque la mayoría de las veces estos estándares sean poco razonables. Este comportamiento y pensamiento nos lleva a insistir a pesar de sufrir consecuencias negativas en ti mismo.
El proceso es sencillo de seguir desde fuera. Vemos como nos ponemos mas altas las barreras y aumentamos los niveles de exigencia, y todo ello por el miedo al fracaso, a nos ser suficiente, a que lo que haces no sea valorado.
Nos condicionamos a que si triunfas te valoras, pero si fracasas te desprecias. Y por ello evitamos situaciones en las que no nos sentimos totalmente seguros y perdemos oportunidades que se nos presentan por sentir que no lo tenemos perfecto.
Procrastinación. Luego lo hago
Se define como la acción o habito de retrasar tareas o situaciones que debemos hacer sustituyéndolas por otras mas agradables o de menos dificultas. Este comportamiento aparece por miedo o pereza a afrontar lo que tienes por delante.
Sentimos que ese “algo” se vuelve abrumador, desafiante, frustrante, largo, tedioso, pesado o peligroso, y ese sentimiento lo devolvemos a nuestro cuerpo en forma de estrés. De esta manera autojustificamos aplazarlo todo a un futuro, que la mayoría de las veces esta idealizado.
Nuestro ritmo de vida actual es multitarea y pretendemos realizarlo todo, pero realizarlo todo conlleva mucho esfuerzo, tiempo y dedicación. Y a medida de que la complejidad o el volumen de las tareas crecer, vamos dejando de realizar algunas de ellas o postergándolas al “luego lo hago”.
No Puedo. Cerrar puertas sin haber probado
Este saboteador aparece en nosotros cuando ya nos sentimos superados por lo que nos rodea. Decidimos cerrar la puerta a todo lo nuevo, a experiencias sin motivo real, solo con un “No puedo” decidimos que no lo vamos ni a intentar.
Se genera dentro de nosotros un autoritarismo y el dialogo interior se convierte a un tiempo verbal imperativo.
La rigidez de pensamiento y acción nos mantente en el mismo sitio siempre y no nos deja avanzar.
Ahora que ya conoces 8 de los Saboteadores más comunes, es hora de trabajarlos. Lo mejor que podemos hacer es ser conscientes de cómo estamos comportándonos. Pero también tenemos que que tratarnos con respeto y cariño cuando detectemos que estamos cayendo en alguno de ellos. Como dice el refrán “una de cal y una de arena”.
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Autoria Cris Vidal – Redactora Digial
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